miércoles, 27 de enero de 2016

Provincias Argentinas en moto: Córdoba (parte 2)

Este es relato, algo tardío, de un sábado de septiembre del 2015 (más precisamente el sábado 12).
Voy a contarles lo que recuerde de este viaje, puesto que cuando lo realizé no tenia en mente relatar mis viajes en un blog, asi que trataré de hacer memoria para narrar aquel dia.
No recuerdo bien el motivo de aquel viaje, seguramente solo tenia ganas de rutear y en cuanto pude lo hice.
Salí el viernes 11 a la tarde desde Villa María hasta Oliva, unos 50 km, ahí pase la noche en mi casa y a la mañana del otro día prepare las alforjas, las puse en la moto y así sin mas, con poco presupuesto, salí a rodar.
camino a Oncativo

Recuerdo que desde temprano el calor se hizo notar, fui por ruta 9 hasta Oncativo para ir hasta Villa Ascasubi donde tome un pequeño descanso a la orilla de la ruta, seguí hasta Almafuerte, donde también pare a descansar, pero esta vez, a la orilla del lago.
a la salida de V. Ascasubi
Luego de ese breve descanso seguí camino y ya en embalse empecé a encontrarme con muchisimos moteros, muchos saludaban al pasar, otros pocos pasaban de hacerlo.
Me desvié de la ruta hasta el balneario, donde pare un rato a refrescarme y luego subí por un ripio, en bastante mal estado, hasta el mirador donde me encontré con tres moteros, con motos de bastante cc (entre ellas una transalp), deje mi moto bajo la sombra de un árbol, y subí hasta el mirador, previamente habiendo charlado un poco con estos moteros. Sinceramente, los últimos escalones para llegar a la cima del mirador se hicieron bastante difícil (y resbalosos), el calor se hacia notar y la verdad que mis borsegos no eran los ideales para esa ocasión.
mi moto desde la cima del mirador

Luego baje del mismo, les pregunte a estos moteros su destino y me contestaron que seguramente irían al motoasado en Villa Rumipal. Yo sabia que se estaba realizando este evento, pero no fui con planes de concurrir al mismo, aunque más adelante, el destino me llevaría a ese lugar.
Me despedi de estos moteros y continué mi incierto camino, apenas volví a la ruta me encontré con dos moteros,ambos con sus parejas, con quienes compartí la ruta hasta que frenamos saliendo de embalse, compartimos unas palabras, ellos eran oriundos de rió cuarto, y me comentaron que iban hacia el motoasado antes mencionado, me aleje de ellos para tomar algunas fotos, luego fui a despedirme de ellos y seguí hacia adelante.
Embalse
Llegue hasta Villa Gral. Belgrano y allí decidí seguir camino hasta Los Reartes, un lugar tranquilo y que me encanta, comi algo a la orilla del rió, me moje un poco y seguí camino, sin conocer, seguí con destino a La Cumbrecita, subí por un ripio con partes en buen estado y partes que no, pero el paisaje y la libertad que sentí por ese camino fue inigualable, en los 25,26 km que tenia ese camino recuerdo haberme cruzado como máximo con 5 autos, y un grupo de alrededor de 6 moteros que bajaban, con los cuales compartí saludos y sonrisas al pasar.
Por fin, el tan agotador ripio termino para dar lugar a una hermosa ruta llena de curvas y de sombra, característica que se ausentó por completo en el ripio antes recorrido, seguí subiendo por la ruta y por fin llegue, La Cumbrecita, algo desconocido para mi era que es totalmente peatonal y para recorrerla hay que pagar, me dieron unas indicaciones y llegue. Solo pare a ver un poco, sin pagar porque ya me iba, y allí apenas baje de la moto, mis ojos se iluminaron a ver dos hermosas Goldwing, la pintura de estas motos brillaban, incitaban a mirarlas y el brillo que de ellas se desprendía te mantenía hipnotizado frente a ellas.
Recuerdo textualmente que un chico me preguntó:
"¿Esta es tuya?" (señalando la azul), a lo que respondo "ojala!, la mía es aquel fierrito, chiquita pero poderosa"
 Cuando logré desconectar mis ojos de estas bellezas, el chico que cobraba venia hacia mi, le dije que ya me iba y así fue, subí a mi moto y volví, cuando volvía recuerdo ver a la izquierda un hermoso paisaje, que antes se me había pasado por alto, frene allí, saque un par de fotos, disfrute de la paz de ese lugar y luego procedí a tensar la cadena, una vez lista seguí camino y llegue hasta V. Gral Belgrano.
a la salida de La Cumbrecita
Allí en V. Gral. Belgrano pare en una estación de servicio frente a la ruta y al ratito llego un motero en una ybr 125, charlamos un poco mientras esperábamos que nos atiendan, lo recuerdo muy buena onda y hasta me invitó a tomar un café, pero tuve que rechazarlo porque quería ir a "chusmear" el motoasado, cuando estaba saliendo llegaron "Los del Taller", compartí unas palabras con uno de ellos, quienes también me dijeron que iban al motoasado y eso me dio mas ganas de ir, todos los moteros que había encontrado iban para allá, tenia que ir a ver si valía la pena.
Segui ruteando, y en la bajada hasta V. Rumipal frene para ver la hora, ya que no quería llegar tan de noche a casa, en lo que apareció un pibe en una Suzuki EN 125 y me pregunto si quería ir al motoasado, le dije que si y alla fuimos, muy buena onda el pibe, pero como me lo confirmo un amigo en común después, estaba medio loco jajaja.
Como lo imagine, el motoasado estaba muy bueno, y había buena calidad y cantidad de motos.
fotos tomadas en el motasado Villa Rumipal


Ya cuando estaba cayendo la noche, emprendí mi regreso a casa, bastante cansado, había manejado todo el día, me agarro la noche durante la mayor parte de mi regreso, pero el mismo fue tranquilo y lindo, a pesar del frió que hacia esa noche.

Más fotos del viaje

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sábado, 23 de enero de 2016

Provincias Argentinas en moto: Córdoba (parte 1)

Mi plan comenzó cuando unos amigos me invitaron a Villa Carlos Paz, el viaje, en primera instancia, seria ir hasta dicha ciudad y luego regresar a casa.
Esto cambió con el paso de los días, y mis ganas de viajar se hicieron notar, entonces fue cuando decidí recorrer las sierras hasta que mi bolsillo resistiera, y así fue como el sábado 16 de enero del 2016, emprendí viaje en solitario hasta Villa María, donde me encontraría con amigos moteros, con los cuales fuimos hasta Ausonia, donde se realizó el primer motoasado de este pueblo.





Pasamos una linda tarde, se realizó una caravana por el pueblo, con una demostración de acrobacias en la plaza del pueblo, a la cual no asistí por vago jaja.
Cayó la noche y las bandas de rock se hacían notar, nos relajamos en la pileta del predio, y salimos para disfrutar del asado y luego a seguir con el rock, con bandas como Fierro y Miseria espantosa, entre otras.





Esa misma noche despedir a mis amigos de Villa María, y encare hasta mi carpa, quería acostarme lo mas temprano posible porque al otro día había planeado recorrer bastantes kms, otra vez mis planes cambiarían, y en la temprana mañana del domingo, una tormenta me echaría del pueblo.

Desarme la carpa, cargue las cosas en la moto, me puse mi campera, chaleco, guantes y casco para partir hacia La laguna, donde agarre la ruta 6 pasando por pueblos muy pintorescos como Pasco, Ticino, Hernando y Tancacha para llegar a Rió tercero, donde la lluvia y el viento se hizo sentir, y me vi obligado a parar un rato en una vieja estación de servicio a orillas de la ruta, al ver que la lluvia no daba tregua, saque el equipo de mate y tome algunos para pasar el rato.
Seguí esperando, pero la lluvia no mermo, al contrario cada vez era mas fuerte, allí fue cuando decidí seguir camino, pero llegando a Almafuerte decidí no arriesgar y pare en una estación de servicio. La espera se hizo eterna, no se cuanto tiempo estuve ahí pero estimo que alrededor de cuarenta minutos o más.
Otra vez, no tuve éxito en la espera de que la lluvia frenara, pero si se calmo un poco el viento, lo que me impulso a salir de nuevo a la ruta, pero aquí otro problema, Pablo, un amigo, me recomendó seguir una ruta que lleva hasta San Agustín, pero a causa de la incesante lluvia y, sumado a esto, que no conocía esta ruta, decidí elegir lo mas seguro en ese momento, y entre a Almafuerte, para continuar hasta Embalse, donde acampe, me di una ducha y almorze una milanesa y algunas galletitas, allí mismo dormí un poco de siesta, y luego me fui hasta Villa del Dique, donde mi novia y su familia estaban acampando.
Pase la tarde ahí y cuando comenzo a caer la noche emprendí mi regreso hasta Embalse, a unos pocos kms de ahí. Llegue al camping y en unos minutos cayó la noche, obligándome a cenar y luego a acostarme a dormir.

Al otro día, desperté temprano, otra vez la rutina de desarmar todo, pero esta vez aproveche para lavar las cosas llenas de barro que habían quedado del día anterior, luego de esto, cargue la moto y salí con la idea de llegar a Mina Clavero ese mismo día, pero más adelante veremos que, de nuevo, el destino cambiarían mis planes.
Empezó a seguir la ruta, dejando atrás Embalse, Villa del Dique, Santa rosa de Calamuchita y Villa Gral Belgrano. Pasando este ultimo encontré una tienda de rezagos militares, la curiosidad pudo mas conmigo y entre a ver que tenían, termine comprando una linterna vincha, puesto que no tenia y las noches anteriores las pase al oscuro.

Salí del local, y seguí camino por una hermosa ruta llena de curvas y bellos paisajes, tome una rotonda con dirección a Potrero de Garay,para luego llegar a la bonita localidad de San Clemente, donde encontré un policía y le pregunte si era posible conseguir nafta por ahí o camino hacia mina clavero. Me dijo que tal vez consiguiera pero que no era lo mas seguro, así que decidí ir a Villa Carlos Paz. En el camino, cuando estaba por almorzar, vi a dos mochileros al otro lado de la ruta y fui a ver si necesitaban algo, no lo pensé mucho y los invite a comer algo, comimos un poco de lo que teníamos, entre bocado y trago fuimos charlando, y resultaron unos buenos pibes, oriundos de marcos juarez, terminamos de comer, seguimos hablando de todo un poco, les deje una botellita con agua que tenia, nos despedimos y cada quien siguió su camino, ellos a la orilla de la ruta con la esperanza de que algún alma noble los levantaria y yo, por mi parte seguí camino hasta Carlos Paz, una vez allí llene el tanque y luego seguí camino hacia La Falda, donde pasaría la noche en casa de mi tía.

El día siguiente dormí un poco mas, aprovechando las comodidades que tenia, y de nuevo, a preparar las cosas y cargarlas a la moto, lo que se hizo mas fácil siendo que no tuve que desarmar la carpa.
Desde allí seguí la ruta hasta La Cumbre y después pegue la vuelta para ir hasta Mina Clavero.
Llegue hasta Villa Carlos Paz, me refresque un poco y empezé a cruzarlo, fue un verdadero infierno, muchisimo calor y todas las calles y rutas repletas de autos, motos, camiones, y hasta tractores, por fin logre salir de esa ciudad, luego de haberme confundido de ruta, pero que por suerte me di cuenta rápido, y volvi hacia el camino correcto.
Empeze a subir por el camino de las Altas Cumbres, donde compre un cuero para el asiento de no muy buena calidad, pero era lo que mi bolsillo podía dar, seguí camino, un camino hermoso, lleno de magia, lleno de colores y donde se cruzaron muchas emociones y sensaciones.
Luego de muchisimo calor llegue a Mina Clavero, donde tome unos mates, comí un poco, me refresque en el rió, y seguí camino para llegar hasta Villa de las Rosas, ahí revise mi billetera y vi que ya no daba mas, así que mordiendo mi bronca, compre dos focos para la luz delantera que se me había quemado y emprendí el regreso.
Ya en las Altas Cumbres, la altura se hizo notar, y el frió acompañado del fuerte viento, me obligaron a determe para ponerme la campera, una vez listo y controlada la moto seguí camino, una ruta alucinante, baje de ella y continué mi camino hasta Villa del Dique, dejando atrás el atardecer y ya bien entrada la noche llegue a mi destino, donde estaba mi novia y su familia, allí arme la carpa nuevamente y me quede ahí hasta la mañana siguiente.


Esa mañana nos levantamos y nos fuimos hasta Embalse, para acampar ahí, donde pase los días y noches hasta la mañana del sábado 23.
Esa mañana, la ultima de mi viaje, despedi a mi novia y su familia, quienes volvían a casa, y tranquilo, nuevamente cargue mi moto y partí rumbo a casa, pero no sin antes recorrer la ruta de San Agustín, hermosa ruta, llena de colores y paisajes ambiguos. Los últimos kilómetros antes de llegar a casa se hicieron duros por el sol, el calor, y la hora en la que viajaba, la siesta, pero finalmente y cargado de orgullo, llegue.
En total recorrí un poco mas de 1.156 kms llenos de belleza, historias y emociones.